
Infinite nos lleva de nuevo a una falsa utopía retro, una ciudad flotante donde se pretendía mostrar las maravillas de la América productiva, que podía enfrentarse a Europa incluso desde el cielo. De aquí, a la pesadilla que todos conocemos, un mundo dividido en facciones violentas, los fundadores, unos terroristas nacionalistas y la resistencia, probablemente, los nuevos adictos de Rapt…digo de Columbia.

La acción transcurre en el año 1912 a bordo de la utópica ciudad voladora de Columbia, errante por los cielos tras caer en desgracia. Encarnando al detective del Pinkerton Booker DeWitt, nuestra misión una vez infiltrados en Columbia es rescatar a una mujer, cautiva, de nombre Elizabeth. Como no podía ser de otro modo, la chica es especial, alberga grandes poderes pese a que no sabe dominarlos, y está bajo gran custodia. Recientemente hemos podido conocer que su vigilante es una formidable y temible criatura conocida como el Songbird, mezcla de gigante humanoide, pájaro y con una estética similar a la de un Big Daddy.


El Songbird y Elizabeth mantienen una relación tormentosa, ella tiene sentimientos por el gigantesco ave, pero a la vez, es su captor que le priva de libertad. Por otro lado, la criatura parece profesar una devoción tremenda por la chica, tanto como un amante celotípico en sus casos más graves, y la privación de su lado de la joven, desencadena una terrible ansiedad de separación: se convierte en una mala bestia dispuesta a acabar con quien sea con tal de recuperarla bajo su lado.

Los dos protagonistas intentan hacerse con suministros antes de partir, e irrumpen en una juguetería abandonada. Recogen el Vigor Bucking Bronco, que permite golpear en suelo, haciendo levitar a los enemigos, mantenerlos ahí flotando e incluso lanzarlos. Recordamos que los Vigores son el equivalente a los Plásmidos, pero son de uso limitada, se acaban, y están representados por especie de botellas de licor. Adicionalmente Booker se incauta de una pistola, dinero y otro arma. Pero de repente, todo se pone a temblar y un grito aviar rompe el silencio. Elizabeth se bloquea entre sollozos.

Tirolinas, explosiones, los mejores gráficos vistos en una consola de alta definición y la sensación de desorientación absoluta. La misma por la que viste Lost, la misma que te atormenta en una buena novela. El que te amenacen y que te guste. Bioshock Infinite o la esperanza de una generación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario