


Ojo porque no debemos confundir todo esto con que tenga nula jugabilidad, ahí están sus cuatro clases para equilibrar la balanza: el soldado y su fuerza bruta, el espía que se disfrazará para entrar en zona enemiga, el médico que nos salvará de más de un apuro y el mecánico que podrá crear torretas y desactivar bombas para hacer del escenario algo similar a un título tower defense.
Lo de los enemigos, en cambio, debe ser culpa de un experimento científico que ha enviado los bots de los multijugadores online de hace más de una década a la actualidad. Son tan inútiles como duros, y aunque al esconderte tras una tubería dejarán de buscarte lo pasarás realmente mal para quitarles media barra de vida. Y claro, como los ataques coordinados simplemente te incluyen a ti en una nueva versión de “yo contra el mundo“, superar una fase con relativa facilidad será misión imposible.
Parkour, saltando como Faith
Sumémosle su apartado gráfico, que tiene unos diseños tanto de escenarios como de personajes bastante originales. Pero eso lo podrás comprobar cuando el motor del juego te los muestre tal y como son, y no como una maraña de polígonos con texturas difuminadas. No dejemos dudas en el aire, eso es algo que pasa más de lo que debería.
Y entonces saltamos al sello diferenciativo de ‘Brink’. Precisamente ayer mi compañero Villalobos se molestaba en hacer una ligera comparativa entre el movimiento de los personajes de ‘Brink’ con los de ‘Mirror’s Edge’, ambos inspirados en el parkour. Si bien me considero un enamorado de la profundidad en el control de la aventura de Faith, aquí me han dejado completamente frío, con un sistema que funciona y aporta agilidad a las partidas pero que sin embargo no sirve absolutamente de nada en el 90% de los casos. Es más, empieza a correr por las barandillas y a saltar de un lado a otro y pronto verás cómo te han pegado un escopetazo en la cabeza que ni siquiera sabes de dónde ha venido.


Empezó a llamar nuestra atención rezando aquello de “por fin un juego que mezcla bien el modo campaña, el cooperativo y el multijugador“. Y sí, oye, los tres modos están ahí, juntitos, pero el que mucho abarca poco aprieta y al final en vez de centrarse en un único modo y hacerlo a lo grande, han ido esparciendo buenas intenciones por todos lados. ¿Y qué son las intenciones? Pues exactamente lo mismo que las ilusiones, nada. Queda bien hablar de ellas, pero si finalmente no cumples con lo esperado el resultado es ‘Brink’.
Multijugador, cooperativo e individual ¿tres por el precio de uno?
Dejémonos de milongas, ‘Brink’ debería haber sido un título multijugador, a secas, puesto que es ahí precisamente donde reside su gracia. Quedas con amigos, formas un equipo y os compenetráis entre vosotros para alcanzar los objetivos típicos. Que si protege al rehén, destruye esa puerta… no han inventado nada, pero al menos la fórmula continúa funcionando. Consigue experiencia realizando lo que se te indica mientras vuelas alguna que otra cabeza y al volver al menú podrás ganar nuevas ropitas, accesorios de armas, habilidades.
Pero amigos, ‘Call of Duty’ ha hecho mucho daño, y si algo apremia aquí es conseguir el máximo de puntuaciones posibles para desbloquear esto o aquello, por lo que el resultado siempre suele derivar en un “tonto el último“ que poco o nada tiene que ver con el planteamiento cooperativo que promete el juego.
Se ha intentado solventar con las bonificaciones por ayudas a compañeros, como por ejemplo curar a un caído en combate, pero a la vista está que o te buscas gente con ganas de jugar como es debido y organizáis vuestros ataques o te puedes morir de asco esperando a que un niño australiano se acerque a echarte una mano.
Es curioso como últimamente los juegos intentan camuflar una mecánica simple pero efectiva con un trillón de opciones que finalmente acabarán por caer en el olvido. En el caso de ‘Brink’ esta distracción la ofrecen las opciones de personalización, con muchísimas armas distintas y aún más accesorios. Pero como a la que nos hemos acostumbrado es a la del principio, pronto dejaremos de lado esa, aparentemente, útil opción.
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